A él le gustaba ver el lado mágico de las cosas. Por eso creía en hadas, en ídolos y en seres mitológicos de todo tipo. La fantasía hizo de él un loco y la rutina laboral, un resignado. Pero solo a medias: resultaba evidente que su jefe era un auténtico ogro. Por Sara Coca. Leer más
Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.