Un cúmulo de casualidades y sucesiones aritméticas, bajo cuyo peso desaparecían en la arena civilizaciones milenarias y decenas de gatitos tristes morían levemente ahogados en una bañera de agua tibia, propiciaba que Selmo se encontrara aquella tarde de finales de agosto dando patadas a las piedras con un chicle de melancolía pegado en la suelaLeer más
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