Puñetazo. Dolía desde el centro de la cabeza hasta la piel desgarrada, sentí cada capa de hueso, de carne, de sangre, linfa y sudor chillando en el cerebro, golpeándome las sienes, haciendo que las ideas apretadas se dieran la vuelta por dentro. Admito que algunas, las ideas más delicadas, decidieron huir cuando vi una gotaLeer más
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