Pum, clac, clac… Pum, clac… Pum… Pum… Reconocía ese sonido. Con él se despertaban, no solo mis cinco sentidos tras una plácida noche de invierno, sino esos otros sentidos que tienes cuando acabas de cumplir noventa años. Sentidos extraordinarios que, si tienes la suerte de no haber perdido aún tus recuerdos, te permiten experimentar olores,Leer más
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