Con las primeras lluvias van llegando las primeras humedades. Con ellas, esas manchas pardas que se posan en el techo, jodidas intrusas, que parecen querer fastidiarme. Lo mismo veo un corazón partido en dos que el perfil de un hombre elegante. No hago nada ni pienso nada que no esté confundido contigo, como el narradorLeer más
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