Uno. Dos agentes de policía llevan a la frutera, esposada, hacia el coche patrulla que espera justo a la puerta del establecimiento, ante el gentío y la clientela que observa la escena, estupefactos, mientras la chica grita fuera de sí “¡No he hecho nada!, ¿por qué me hacéis esto?” y llora de modo ostensible. Dos.Leer más
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