Patricia Andrada: “Mis abuelas me recitaban a Gloria Fuertes para dormir”.
02/12/17. Aladar. Suplemento de El Correo de Andalucía. Enlace al artículo.
“Un libro trabajado y madurado, que ya merece un lugar en las estan-terías de los lectores de poesía de este país de poetas”. Así define Ben Clark en su prólogo el poemario Mensaje al resto de los hombres, el debut de Patricia Andrada (Sevilla, 1976) como escritora, que acaba de ver la luz en Maclein y Parker.
«Llevo escribiendo toda la vida, pero nunca me había atrevido a sacar nada del cajón, porque soy ferozmente autocrítica con lo que hago», confiesa la autora. «Un día me puse a recopilar todo lo que llevaba escrito, y me di cuenta de que siempre hablaba de lo mismo: del duelo por la muerte de mi padre a temprana edad, y cómo se ha reflejado esto en las ausencias que he tenido a lo largo de mi vida, especialmente con el resto de los hombres».
Esta es la circunstancia que da título al libro y lo articula. «Sobre mi voz no puedo opinar, es más fácil que se aprecie desde fuera, y además es la primera obra que termino bajo un mismo hilo conductor. Pero sí puedo decir que la poesía está en mí desde pequeña. Incluso cuando escribo en prosa, tiendo a la prosa poética».
Esa voz que Andrada no se atreve a definir está a salvo de modas y tendencias, aunque reconoce cierta afinidad con autores actuales como el citado Ben Clark, «Elena Medel, Isabel García Mellado, Luna Miguel, María Sánchez, que es veterinaria como yo… y de anteriores generaciones, Chantal Maillard y Gloria Fuertes. Ésta última fue el inicio de todo, mis abuelas me recitaban poemas de Gloria Fuertes para dormir, y ahora me ha tocado descubrir su poesía para adultos», apunta.
Comenta Andrada que, hasta la aparición de este libro, solo su madre y su entorno más próximo sabían que escribía. A los recitales y encuentros solo había comparecido como oyen- te. Pero, al volver de Sevilla tres 20 años viviendo fuera, ha empezado a cogerle el gusto a los escenarios. «Sevilla cuenta con muchos espacios para la poesía, hay micros abiertos, y me animé a probar qué se siente. ¡Y ahora resulta que me encanta recitar!»
«Recitar es totalmente diferente», prosigue. «Lo que más me gusta de escribir, lo digo siempre, es escribir. Ese momento conmigo misma, íntimo, en silencio, no lo cambio por nada. Ahí me encuentro con quien soy. Pero también está la adrenalina del escenario, poner todo eso en una voz que casi me parece que no es la mía, poder compartir con los demás y recibir el feedback del público».
En cuanto a los hombres del título, la poeta aclara que «el argumento del libro es un viaje más bien interior, lejos de una valoración o crítica social de los hombres. Tiene más que ver con temas universitarios, con la muerte, el vacío, el desgarro de una separación», y agrega: «Las que aparecen son relaciones más bien tormentosas, en las que se manifiesta ese dolor. Hacia el final del libro se va desanudando ese hilo, precisamente a través de la escritura, que es lo que hace que esa herida sane».
Y aunque asegura tener material para un segundo y hasta un tercer libro, ya que «escribo todos los días, es parte de mi rutina», cree que con su debut «se ha cerrado un ciclo y no tengo ni idea de lo que puede pasar a partir de aquí. Para mí misma es una sorpresa lo que pueda venir».
Por Alejandro Luque.