03/01/2017. Los libros de Dánae. Enlace del artículo.
La reseña que inaugura el blog en este nuevo año es para uno de los libros de relatos que opta al Premio Guillermo de Baskerville que organiza la web Libros Prohibidos, siendo la cuarta de las cinco en total que entran en concurso en la categoría de relato. Hoy os cuento mis impresiones sobre las historias que componenOnce goles y la vida mientras de Pablo Santiago Chiquero; once relatos llenos de sentimientos y realidad, de personajes cargados de humanidad y de verdad. Una antología que he disfrutado desde el primer relato hasta el último.
Once goles y la vida mientras contiene once relatos que narran once goles icónicos de la historia del fútbol. Sin embargo, lo importante no serán los jugadores que los marcaron o lo que significaron en sus carreras; lo importante es lo que para personas anónimas significan esos goles en sus vidas, cómo de una forma directa o indirecta, esos goles pasarán a formar parte de su propia existencia, pues es imposible olvidar que dos hermanos se reconcilian el mismo día que Iniesta marca el gol que da su primer Mundial a España, o evitar ver más allá que la Mano de Dios en el gol de Maradona cuando se es un joven argentino que luchó en la Guerra de las Malvinas; imposible también no pensar que tu mundo se derrumba cuando eres un adolescente y el mismo día que tu ídolo, Cantona se juega su carrera por propinar una patada a un aficionado, tu padre se va de casa sin decirte dónde encontrarlo.
Cada uno de los relatos que componen Once goles y la vida mientras producen sensaciones y emociones en el lector. Pablo Santiago Chiquero consigue que, a través de la narración de sus historias, los lectores nos adentremos en diferentes realidades pero que nos resultarán totalmente familiares y reconocibles. Ya en el primer relato Un buen gol no se puede contar, el protagonista resulta entrañable pues todos somos capaces de visualizar a ese anciano que se resiste a abandonar la que ha sido su vida aunque ya no pueda con muchas de las cosas que componen su día a día. O la desesperanza que desprende el personaje central de Un cañonero en prisión, y que se enfrenta a la esperanza que llena El justo valor de un gol. Pero si hay un relato que personalmente me llegó a emocionar un poco más que los demás fue ¡Gol de Señor, gol de Señor!, un relato en el que el autor toca un tema tan duro como es el de la drogadicción pero con una gran carga de ternura, y que en pocas páginas consigue exponer lo horrible que es ese mundo. Tampoco se puede pasar por alto cómo el autor nos cuenta parte del conflicto de las Malvinas en El dios de las Malvinas a través de la narración del partido que enfrentó a Inglaterra contra Argentina, y en el que Maradona dio el triunfo a su selección con su famoso gol bautizado como la Mano de Dios.
Los once relatos están escritos alternando el estilo directo e indirecto, acompañados de una prosa correcta. Pablo Santiago Chiquero utiliza en casi todos los relatos la figura del narrador omnisciente, que se expresa en tercera persona y que es quien traslada al lector toda la información al lector; a excepción de en Un cañonero en prisión, en el que opta por utilizar un narrador testigo que, expresándose en primera persona, transmite al lector la historia de un tercer personaje. Los once relatos tienen una buena visibilidad que permiten que los lectores entremos de lleno en cada una de las historias, con unas muy buenas descripciones que se acompañan de unos diálogos bien resueltos y que resultan creíbles y reales, dando lugar a escenas que consiguen que los lectores vivamos, junto a los personajes, todas y cada una de las once historias que componen la antología. Aunque casi todos los relatos siguen un hilo temporal lineal, Pablo Santiago Chiquero demuestra que maneja con corrección los saltos temporales, pues encontramos analepsis o flashbacks en algunos de los relatos que en ningún momento descolocan en la lectura.
En cuanto a los personajes, tanto los protagonistas como los secundarios que encontramos en todos los relatos de Once goles y la vida mientrasestán perfectamente dibujados dentro de las historias, teniendo Pablo Santiago Chiquero la capacidad de hacer de todos ellos unos personajes reales, humanos; unos personajes que se nos muestran con sus virtudes y sus defectos. Personalmente, me han llegado mucho los personajes que protagonizan ¡Gol de Señor, gol de Señor!, pues creo que muestran cómo, en muchas ocasiones, se conoce a personas buenas en sus peores circunstancias, dentro de un mundo que destroza a aquel que se mete dentro y a todo aquel que le rodea. También la pareja adolescente que protagoniza El justo valor de un gol me parece cargada de ternura. Por otra parte, en El jugador, el autor nos muestra otra cara diferente en un protagonista, pues ahí no vamos a empatizar con él, no va ser alguien que querríamos tener cerca, pero sin embargo, en algunos momentos, podemos llegar a entender ciertas actitudes.
Once goles y la vida mientras ha supuesto todo un descubrimiento para mí, a priori pensé que no iba a disfrutar tanto con los relatos que Pablo Santiago Chiquero nos brinda en este libro. Sin embargo, desde el primero hasta el último han conseguido despertar sentimientos diferentes en mí, llegarme de una u otra manera, y por eso creo que es uno de esos libros que vale la pena abrir y disfrutar.