La intimidad de los antihéroes. La editorial Maclein y Parker lanza su primer libro, ‘Los últimos cien días de Jindra Hertam’, de Juan Antonio Hidalgo, tras una intensa actividad en un blog dedicado a fomentar la creación.
15/08/14. Diario de Sevilla. Enlace al artículo.
“Todo depende del ángulo de visión, del punto de vista, del ojo que mira. Un mismo hecho puede resultar traumático y tranquilizador a la vez. Y de hecho, siempre es así. Nada es bueno para todo el mundo, siempre hay alguien que sale perdiendo con el cambio. Y viceversa, toda acción perversa, malsana, malvada, tiene siempre alguien que sale beneficiado”. Los últimos cien días de Jindra Hertam, de Juan Antonio Hidalgo, una novela coral sobre la dualidad de las acciones humanas pero también una reflexión sobre la creación literaria, es la primera referencia con la que aparece el sello sevillano Maclein y Parker.
La editorial nace del empeño de Antonio Abad y Cecilia Ojeda, que querían “dar un paso más”, explica la segunda, en la relación con el sector que ya tenían, “él en el diseño, en una revista, y yo como periodista reconvertida en librera”. La propuesta levanta el vuelo, por el momento, con lo mínimo: tan sólo con la ilusión y las ganas de emprender nuevos proyectos. “Nos han preguntado quién hay atrás y no hay nadie: sólo nuestros pequeños ahorros”, confiesa Abad. “MacLein & Parker, como su nombre indica, somos dos personas. Excepto la impresión, porque no nos cabe en casa la rotativa, nosotros lo hacemos todo: las correcciones, la maquetación, el diseño de la web, la distribución…”, enumera el editor. Pero que los volúmenes llegaran hasta las librerías, por ejemplo, no ha sido el mayor de los desafíos que se han encontrado en el camino. “El primer reto no es la distribución, es la primera piedra de la editorial, es darte de alta en el ISBN…”, precisa Ojeda. “Y como hemos empezado de cero, todos los peldaños que hemos ido subiendo han sido un reto. Lo estábamos haciendo a la vez que el trabajo con el autor de la primera referencia, de modo que han sido dos procesos: uno más administrativo y otro propiamente editorial, que se han ido llevando a la vez”.
Entre las prioridades se encontraba el cuidar el diseño con que se presentaba al mundo. “Hemos cuidado mucho mirar todo tipo de papeles, formatos, tipografías… Queríamos definir muy bien el primer libro porque nos gustaría mantener la estética, variará sólo si así lo sugiere alguna propuesta específica que sea diferente. Queremos trabajar mucho con nuestra identidad, porque muchas editoriales no cuidan el libro como objeto”, comentan desde Maclein y Parker.
Pero la mayor singularidad de la iniciativa es que es también, como aseguran sus responsables, “una comunidad artística que no vive ajena a las nuevas tecnologías”. El blog que contiene la web de la editorial (www.macleinyparker.com) es un punto de encuentro para creadores, no sólo del ámbito de la literatura: también de la música o de la ilustración, aunque los narradores tengan un peso importante. “Una de las cosas que queríamos hacer era trabajar con los escritores, ir creciendo con ellos. Tenemos una cantera muy buena en el blog, parte de la editorial está ahí. Hemos montado una especie de consultorio, y desde el primer trabajo que nos presentaron hasta hoy hemos visto una evolución. Ellos nos van preguntando qué es lo que más llega de su obra, cuáles son sus puntos fuertes, sus flaquezas”, detalla Ojeda. La siguiente referencia que saldrá es una antología de relatos que se seguirá publicando con frecuencia -tendrá una periodicidad de dos veces al año-, que se llamará Telegráfica y que se planteará como un foro abierto en el que participarán miembros de otras propuestas como Relatos Mínimos o el Colectivo El Anonimato.
Juan Antonio Hidalgo (Sevilla, 1976) acabó dando forma a su primer libro mientras culminaba una meta, la de escribir cien relatos en cien días. “En principio eran piezas independientes, pero ya desde el día 7 o el día 8 me di cuenta de que repetía protagonistas, hechos, y me decidí a tratar a los mismos personajes y situaciones desde distintos tipos de vista. Así se podía ver, entre comillas, la verdad de cada historia”, analiza el autor, especialmente interesado en las deslealtades, indiscreciones y secretos de sus antihéroes. El toparse un día tras otro con una misma chica en un autobús obligó a Hidalgo a “inventarle una vida”: así surgió Ángela, una asesina a sueldo que precisamente perdió a su padre por culpa de un sicario, uno de los elementos de un puzle al que presta su nombre Jindra Hertam, un enigmático escritor con la sed de un vampiro -“este detalle es una excusa, una metáfora de lo que es escribir: ir por los lugares y chupar las historias que encuentras”- y que completan “personajes que muestran una cara, pero tienen otra”. Hidalgo, licenciado en Comunicación Audiovisual, reconoce que el cine es la máxima influencia en su obra: “Aunque en el libro hay sentimientos, no es una narración muy introspectiva que despliega párrafos y párrafos. Creo que fue Hitchcock quien dijo que si puedes enseñarlo no lo cuentes. Y es lo que yo intento conseguir: que el lector lo vea”.