08/11/2016. El blog de Librup. Enlace del artículo.
Contento de participar como jurado en la ya tercera edición del premio Guillermo de Baskerville, organizado por la web literaria Libros Prohibidos, en la categoría de relato corto, donde tendré la siempre difícil tarea de dar mi opinión y “voto” en calidad de jurado a los cinco representantes de dicha categoría.
El primero de estos cinco libros participantes que ha caído en mis manos ha sido Leña, de José Pedro García Parejo, de la editorial Maclein y Parker, lo recibí en formato físico (algo de agradecer) y me pareció una edición muy cuidada y atractiva, un formato bolsillo muy agradable que sin duda anima a su lectura.
Se trata de 20 relatos cortos de este autor sevillano, profesor de geografía e historia y que ya cuenta en su haber con diferentes premios y que condicionó de alguna manera mi lectura al conocer su debilidad por escritores como Murakami, Carver, Bukowski o el genial Delibes. Y es que uno consigue adentrarse en la atmósfera que trasmiten muchos de estos autores al leer los relatos de Leña. Da la sensación que los relatos bien parezcan ejercicios de estilo, una suerte de ensayos donde José Pedro García experimenta con las palabras llevándonos a diferentes paisajes de su universo iconográfico.
José Pedro consigue su objetivo, los veinte relatos independientes entre sí nos envuelven todos ellos en una pegajosa atmósfera de nostalgia, soledad y aislamiento. Los protagonistas de las historias son personajes incomprendidos, perdedores, marginados, inadaptados o insatisfechos con la vida que les ha tocado vivir.
Mérito del autor es hacernos creíbles esas historias y conseguir que las sintamos cercanas y cotidianas, transportándonos incluso en ocasiones a nuestra infancia, como en Gran circo ruso o Pablo tomaba un Gin-tonic, sintiéndonos reflejados en muchas de ellas.
No puedo negar que José Pedro García Parejo ha sido todo un descubrimiento, en pocas ocasiones encuentras escritores de aún corta trayectoria y que hagan un uso de la palabra tan correcto, sin taras ni aristas, empleando un lenguaje sin excesos, justo y proporcionado, con una sensibilidad natural con la que enfrenta las debilidades del alma humana.
Para terminar, decir que el relato que cierra el libro, Descampados, me pareció una maravilla y una invitación a cualquiera que quiera adentrarse en el universo de Leña.
Muy recomendable.