No hay mentira más inocente y pura
que aquella que habla en nombre de un amor.
Sale de mis labios encendidos en ardor
apenas sin pensar, creada con premura.
Puede que mienta mas entender debiera
que si miento tengo excusa convenida.
No es mi juicio malicioso el que domina
sino su belleza a un tiempo dulce y fiera.
Miento una vez y otra sin querer mentir
cada vez que ante mis ojos se aparece
y nubla mi razón con su presencia.
Todas las mentiras que habrán de venir
cada vez que ante mis ojos se aparece
tornan en verdades con su ausencia.
Por Rosa Montero Glz.