Llévame a la primavera. ¿Podré respirar si no sigues a mi lado? Ya he sentido en la piel la marcha de tus manos, la habitación vacía, la luz bajando por la pared como una sombra que muere. El invierno vuelve a ser humo de nieve que lo envuelve todo y deja mis ojos sin vistas al mar. ¿Dónde estarás cuando las nubes canten himnos en mi ventana y el sol se deshaga en cicatrices de agua? El dolor no existe cuando las flores brotan en el espacio arbolado. Abrázame, pero que no nos oiga el tiempo, que quiere atraparnos en su terrenal descenso. Y déjame en mi estrella fugaz soñándote.
Por Laura Villanueva.