No fue difícil. Me ayudó Ramón, el informático de Internacional, que además está buenorro, el tío. Alguna vez le he tirado un tirito, pero él ni caso, como todos. Le conté una trola. Bueno, en realidad no fue tan distinto a la verdad, le dije que iba a estar de fiesta, que ya tenía la noticia redactada y no quería llegar tarde a la entrega de los viernes por la noche, para que Adolfo no me dejara en evidencia otra vez esta semana en la reunión de grupo de los lunes. Cómo iba a imaginárselo el pobre. En seguida me escribió en un post-it pequeñito las instrucciones. Si se lo llego a pedir al informático de nuestra sección, una de dos: o me dice que me las averigüe yo, o me hace dos mil preguntas antes de contármelo vagamente, dejando caer de paso que no tengo ni idea y que me va a ser difícil, así que de todas formas hubiera tenido que buscarlo.
Sólo había que escribir el texto del mensaje y ponerle al final el link del streaming, ir a Opciones, Más Opciones, Retrasar la entrega, Opciones de mensaje, Opciones de entrega, No entregar antes del…, y poner la fecha y la hora. Listo. Fácil.
«Hola Adolfo, como ves, esta semana no llego tarde a mi entrega. Y además creo que hoy sí que te va a parecer buena mi noticia. Sí que va a ser digna de un periódico grande como el nuestro, no esas “mierdecillas para rellenar”, como has calificado a veces a las anteriores. Ésta tiene todo lo que tú buscas en una para la sección de Actualidad, la que más lee la gente, la que más prestigio da al periódico, aunque otros crean que es la de Opinión. Como tú bien nos recuerdas siempre que tienes oportunidad, es la actualidad la que nos da una primera página, no un reportaje, no un artículo de análisis. Lo que el público quiere ver es lo último, no lo de ayer, no lo de esta mañana, sino lo de ahora mismo.
La semana pasada fuiste especialmente duro con mi aportación. No tuviste bastante con decir que la noticia de que el planetario de Madrid reabre después de unas reformas no tenía interés ninguno para cualquier persona que no fuera un perroflauta, sino que me recordaste alto y claro y delante de todos que, por si no me había enterado todavía, la teoría que me dieron en la facultad no tenía ninguna vigencia en la vida real, y que lo que en realidad la gente quería era sólo una cosa, y muy sencilla: violencia, sangre, muerte y que estuviera ocurriendo ahora, no hace veinte minutos. (Sí, como siempre que dices “sólo una cosa”, el lunes pasado también dijiste unas cuantas). Añadiste que no te viniera más con cursiladas que sólo ponían de manifiesto que soy una tía que nunca ha tenido que currarse nada, que todo me lo he llevado fácil porque tengo dos tetas – si sólo supieras…-.
Me dejo de historias:
He puesto el Réquiem en bucle porque creo que será la música que mejor acompañe la escena. Además de la luz blanca y cegadora del foco del techo, he colocado y encendido todas las velas que he encontrado para que la iluminación sea perfecta. Siempre me documento bien, he leído que el agua caliente hará que apenas note el dolor del corte en las venas, y el final será como quedarme dormida y en paz. Espero que la sangre en el agua de la bañera tape mi desnudo, y al menos no te censuren el vídeo.
Para verme en directo pulsa en el link. Fácil.»
Por Mila Guerrero.