Recorrí el camino que separaba las casas del colegio
mirando hacia abajo
dando patadas a piedras huecas y naranjas podridas
esperando lo peor
Recorrí la distancia que separaba el verano del invierno
cargando con la mochila nueva
con los libros nuevos con olor a forro nuevo
con los zapatos nuevos
y el viejo dolor
Recorrí la frontera entre el hastío y la esperanza
pensando en lo que tendría que venir
pensando en lo que quería ser
pensando en una meta a la que llegar
y en otro amor
«Este año, te vas a sentar detrás»– dijo
«Te cambio de sitio, te vas detrás»– dijo
Y me fui detrás, al último pupitre doble
y cambié de sitio, a la última fila
y cambié de compañero
y dejé de pensar en estudiar sin parar y acabar pronto esto
para empezar lo otro y llegar
y llegar
y llegar (y llegar…)
Recorrí el camino que separaba esto de lo otro
grabando cintas recopilatorias
dejando notas en el margen de los libros
escondiendo cigarrillos
disimulando el olor.
Recorrí la distancia que separaba la primavera del otoño
con un nuevo compañero de pupitre aunque
no recuerdo su nombre ni su cara
no recuerdo los días ni las noches
ni el calor
Recorrí la frontera entre una vida y mi vida
a trompicones
haciendo explotar granos y emociones
y erecciones
y sudor
Y otro amor
y otro amor (y otro amor…)
Por Rosa Montero Glz.
ay, he vuelto al barrio del Garabato y a Gonzalo Nazareno… cuántas cosas bonitas y menos bonitas y dolorosas y cuántos apuntes y cuantos bocatas de roque… me ha gustado compañera…
Pues más o menos esos recuerdos pero en Entrenaranjos y el Vistazul 😉 ¡Gracias!