¿Ves esa masa de tierra que resurge detrás
del asfalto? Yo la veo lejana, como una lagartija
respirando en lo alto de una pared oscura.
Como una ballena azul que estando varada
sigue sintiendo la vida pegada a su vientre.
Sé que un día escalaré Kanchenjunga** cuando mis pasos
dejen de ser torpes. Sabes que un día limpiaré mis
zapatos con otras lenguas y nada de esto habrá sido
verdad.
Dame tu mano porque voy a romper con mis dientes
la corteza terrestre que, en una mueca imposible,
es orogénesis*** de mi saliva.
No hay montaña.
Ni río.
Ni cordillera
capaz de quitarme la voz.
Grito, sigo gritando
desde lo alto de la cima mientras
en la ladera, las rocas se desplazan
por la fuerza de la gravedad.
No hay montaña.
No la hay.
*suena en la cabeza la versión de Marvin Gaye & Tammi Terrell
** tercera montaña más alta del mundo
*** Del gr. ὄρος óros ‘montaña’ y -génesis.
Por Raquel Egea.