—¡Piedad! —gritó Catelyn. Pero los cuernos, los tambores y el clamor del acero ahogaron su súplica. Tormenta de Espadas George R. R. Martin. ¿Quién eres tú para tener que arrodillarme y anular todo lo que soy, todo lo que he construido ante tu sola presencia? ¿Quién sino un hombre? Nada más. Qué más daLeer más
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