Tumbada en la cama, los brazos hacia arriba, las manos flojas en ese punto medio inevitable entre el abrirse o cerrarse, los dedos que no agarran sino puñados de aire, respira la brisa cálida del verano. Fuera, los niños corriendo, saltando, persiguiéndose, resbalando, cayendo al suelo, peleándose a pellizcos de bruja, a insultos fantásticos, alRead more