La lava poética del Vesubio
29/03/16. Canarias7. Enlace al artículo.
Nápoles huele, agrede, se disfruta se padece y también inspira. Este cúmulo de sensaciones transita por las páginas de Las princesas no tienen nombre, poemario de la grancanaria Silvia Rodríguez, que la editorial andaluza Maclein y Parker acaba de llevar hasta las librerías, con un volumen bilingüe.
Nápoles suele ser un antes y un después para los visitantes de esta bella y controvertida ciudad del Sur de Italia. La poeta grancanaria Silvia Rodríguez quedó atrapada por su magia y el torrente de sensaciones que le generó se pueden saborear ahora con el libro Las princesas no tienen nombre, que acaba de llegar a las librerías de la mano de la editorial sevillana Maclein y Parker.
La autora isleña reconoce que este volumen comenzó a gestarse «en algún momento» de su estancia en Nápoles. «Ya la ciudad me había atrapado cuando leí La piel, de Curzio Malaparte, pero cuando estuve allí me fascinó la mezcla cultural, el eclecticismo que se respira y me pareció que la ciudad es un reflejo poderoso de nuestra sociedad actual… violenta y bella, desigual y convulsa, lujosa y mísera. Una ciudad de palacios y guetos», apunta la autora de Ciudad Calima (Ediciones Tragacanto, 2015).
Las princesas no tienen nombre no es un paseo habitual por los enclaves de esta monumental y popular ciudad desde la que se divisa el imponente Vesubio. «Intento describir un escenario contemporáneo y Nápoles supone un buen pretexto, porque guarda un aroma rabiosamente actual, con unos lugares de cine, de distintas civilizaciones, novelescos y muy humanos», apunta. Añade que se trata también de un enclave «de símbolos, de iconos, de altares… un sitio donde encaja tanto el hiperrealismo como la ficción».
Así, por los poemas de este libro desfilan desde el amado San Gennaro hasta Maradona, la Galería Umberto I, la costa de Amalfi o la pizza Margherita. «Digamos que trato de recorrer, a través de Cristo, Sophia Loren y la pizza Margherita, lo más intrínseco, lo más mundano y lo más divino de Nápoles», explica sobre este nuevo poemario.
Arma de fuego lo deja muy claro. «El olor a tiro/pretende evaporarse/ en el detergente que perfuma/ inmaculadas coladas golgantes/y pétalos que se pudren/ en los pies desnudos/ de las vírgenes del Barrio Español». La violencia, en la tierra natal de la temida Camorra, no falta a esta cita poética napolitana. «Me parece que vivimos en un sistema en el que la violencia, lamentablemente, no puede quedar excluida. El libro comienza con la idea del suburbio infernal e intenta que el lector vaya enamorándose del lugar», explica.
El libro, el segundo que conforma la colección Mirto, ve la luz con una bella edición bilingüe con una traducción de Claudia Parisi. «Fue una sorpresa. Es la primera vez que me traducen. Los editores, Antonio Abad y Cecilia Ojeda vieron la posibilidad de traducirlo con Claudia Parisi. Así accedemos al lector italiano, tanto al que vive en Italia como en España y en otros países, ya que el libro también se puede adquirir a través de la página web de la editorial», asegura.