Tengo un sueño recurrente.
Voy caminando sobre un bordillo de piedras desiguales
como una funámbula sobre un alambre,
pero no veo el fondo.
El bordillo de piedras desechables puede estar a 10 centímetros del suelo
o puede estar a 1000 kilómetros de distancia de La Tierra.
La cuestión es que no veo el fondo.
En el sueño, te decía, voy caminando sobre el bordillo de piedras desleales
hasta que me resbalo y caigo,
pero no me veo caer.
Ésa es la cuestión. Sé que me caigo.
Siento mi pie descalzo, sucio y malherido, deslizarse
sin llegar a pisar la siguiente piedra,
la del paso siguiente.
Siento que no hay nada debajo,
nada más que la nada, oscura y absoluta,
contundente e implacable.
La cuestión es que siempre me despierto justo en ese momento,
en este sueño,
y no me veo caer.
Tampoco tengo claro si tú estás abajo para cogerme
o eres el que me empuja.
Por Rosa Montero Glz.