Desayuno en Hawaii (estilo Punch-drunk love)

No sé por qué pero si pienso en desayunos lo primero que veo son tostadas de pan de molde y zumo de naranja y una playa al fondo y manteles blancos que ondean con el viento y si pienso esto pienso en Hawaii, claro, puestos a pensar no voy a irme al Riu Chiclana, pues Hawaii, desayuno en Hawaii y si pienso en Hawaii pienso en siluetas negras, siluetas negras yendo y viniendo por los corredores mientras tú y yo, o ellos, qué más da, se besan haciéndose, haciéndonos, estatua, granito, piedras Rosetta que traducen un idioma único de un país que guarda dos personas, música y golpes y el himno de este país es el viento en si bemol filtrado por un harmonio estropeado y la bandera es una ventana que enmarca una montaña y nieve, Hawaii y nieve, este país tiene nieve, pura, blanca, a veces sucia o carbón y tierra y lombrices y corbatas y nudos marineros y música y golpes y trajes azul eléctrico, palmeras, pisapapeles de Hawaii… Entonces, si pienso en todo esto me acuerdo de Adam Sandler en una cabina telefónica de Hawaii mientras dragones de papel de seda surcan las calles y da igual, ni equipajes ni nada, y si pienso esto pienso que no se debería permitir que los cobardes viajaran, solo natillas y termos de café, música y golpes, tostadas de pan de molde y zumo de naranja, el mar al fondo y miro tu cara y es adorable, quiero aplastártela, morderte, yo, quiero destrozártela, qué adorable, natillas y termos con café, desatascadores de cristal, destrozártela con un mazo y masticarla y aplastarla, eres tan preciosa, y sacarte los ojos, y un himno de música y golpes.

Por Álex Prada.